La inteligencia emocional: cómo se trabaja dentro de las aulas
El control de las emociones es uno de los aspectos más importantes en el día a día de cualquier persona.
Teniendo en cuenta esto, debemos favorecer a los niños este aprendizaje basado fundamentalmente en ser capaces de expresar sus sentimientos y aprender también a entender las emociones de los demás. En nuestras aulas, lo trabajamos en todas las situaciones que surgen a lo largo de la jornada y en momentos específicos a través de nuestro proyecto de Inteligencia Emocional.
¿Cómo llevamos a cabo este interesante proyecto?
Uno de los valiosos soportes que facilitan la maduración a nivel emocional, es la utilización del cuento “El monstruo de los colores”. En él se cuenta la historia de un monstruito que está hecho un lío con sus emociones. Su amiga le explica que todas juntas no funcionan bien, por lo que hay que ordenarlas. Así el cuento va definiendo cada una de las principales emociones y las asocia a un color.
Por otra parte, dentro de este proyecto consideramos que también es importante profundizar en la resolución positiva de conflictos. Por ello, debemos proporcionar a nuestros alumnos y alumnas las herramientas necesarias para su correcta resolución.
- El primer paso que se lleva a cabo tiene lugar en la “mesa de la paz” a la que pueden acudir en cualquier momento para intentar resolver el conflicto mediante el diálogo.
- Si no han logrado solucionarlo por ellos mismos, pasamos al siguiente paso: “el mediador”. Cada semana un niño o una niña se convierte en mediador o mediadora, al cual le debe explicar cada parte su versión de los hechos, para que intente solucionar el conflicto.
- Si no es posible, debe buscar la ayuda del adulto, como tercer y último paso.
Con este fantástico proyecto queremos ayudar a los más pequeños a entender cómo se sienten, cómo se sienten los demás, cómo solucionar diferencias, cómo mediar, cómo negociar… y, en definitiva, cómo ser más felices siendo mejores personas.
Ana Debón Ugarte 🤗